martes, 15 de mayo de 2012

Anatomía de una burbuja inmobiliaria


Muchos amigos nos preguntan cómo se forman las burbujas inmobiliarias y cómo se pueden detectar. Basándonos en experiencias de otros países así como en la burbuja que se dio en Lima durante el periodo 1996-1999, sintetizamos a continuación nuestras ideas al respecto.

¿Cómo se forman?
  • El consenso empieza a creer que la inversión inmobiliaria siempre será un camino seguro y sin límites de crecimiento.
  • La abundancia de fondos, las bajas tasas de interés y la falta de inversiones alternativas, lleva a los inversionistas a comprar o invertir en cualquier cosa, incluyendo inmuebles sobrevalorados.
  • Esquemas de inversiones inmobiliarias complejas que no pueden ser explicados en su totalidad o en relación con un inversor, toman vigencia y vigor. Los inversores empiezan a creer en estrategias de inversión que no entienden.
  • La multitud se limita a imitar a los líderes. ¡Todos a bordo! Por doquier se escuchan historias de que tal o cual persona hizo tanto dinero invirtiendo en inmuebles.
  • Los precios sobrepasan ampliamente el nivel normal de precios, y luego los “analistas” empiezan a justificar tanto las diferencias excepcionales de precios con respecto al pasado, como los retornos (yields) bajísimos sobre la inversión.
  • El miedo a perder el tren se hace cargo. Los inversores, incluso los especializados, empiezan a creer que el copiar/pegar funcionará para siempre. Todos avanzan en carrera en la misma dirección, pujando precios cada vez más altos. Las propiedades se venden a gran velocidad, en planos, e incluso antes que las autoridades aprueben el proyecto ¡e incluso antes que se zonifique el suelo a urbano!
Alfredo Graf

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